lunes, 7 de julio de 2014

Antes de iniciar el camino

Antes  de  iniciar  el  camino
Mi padre me dijo cuando le comenté que iba a ir OTRA VEZ ESTE AÑO al Camino de Santiago.
-       ¿Otra vez? ¿Para qué vas a ir otra vez? ¿No has ido ya?
Esta cuestión, que él no llega a entender, hay muchas personas que tampoco lo hacen. Pensar en las caminatas, en las cuestas, en el posible mal tiempo tanto de calor como de lluvia o frío, en dormir en albergues más o menos decentes rodeados de un montón de gente, en el cansancio, el sufrimiento por el dolor en los pies y el resto del cuerpo …son un panorama poco alentador.
Eso sí, todos los que no lo entienden tienen algo en común: nunca lo han hecho, no saben lo que es el camino. Todos los que han ido saben de lo que hablo. El camino engancha, el camino crea vínculos que perduran en el tiempo y que te hacen volver. Sus vivencias se quedan grabadas y pasan a formar parte de tu yo interior.
También hay personas que se sienten atraídas por la idea de hacerlo pero no encuentran el momento. Conozco muchas personas que están deseando hacerlo pero que todavía no ha llegado su momento. Una vez leí que no eres tú quien busca el camino sino que es el camino quien te busca a ti… Sea esto cierto o no, lo que si tengo claro es que nadie debería perderse esta experiencia. Da igual los días, las etapas o la ruta… Hacer el camino es una experiencia muy hermosa que todo el mundo debería realizar al menos una vez.
Cada persona que lo hace tiene uno o varios motivos, y todos son perfectamente válidos: desde el religioso, el deportivo, la aventura, el turismo, la naturaleza, conocer nueva gente, hasta experimentar la espiritualidad,  la meditación y reflexión interior, o la gastronomía, la cultura…
El camino, indistintamente de los motivos por los que cada uno lo hace, es un símil de una vida,  que se hace en un corto periodo de tiempo. El momento en que se toma la decisión de hacerlo es cuando se gesta esa nueva vida, el embarazo es todo el periodo de preparación física y mental, los entrenamientos, las malas noches, los dolores y cansancios y la pregunta ¿Quién me mandaría a mí meterme en esta historia? que se hace uno muchos días pensando en las duras etapas que se avecinan. Luego llegan los días de nervios y estrés, de ilusión por el comienzo. Y empieza la nueva vida, el camino. Los abrazos y los mejores deseos para lo que comienza. Y van trascurriendo las etapas, los momentos buenos y malos, las buenas y malas personas que vas encontrando a lo largo del camino-vida. Aparecen los ángeles del camino, que son los que de verdad te hacen creer en el ser humano, que te ayudan en muchos momentos cuando las cosas iban mal. Tengo experiencias increíbles al respecto.  Todas las personas que encontraremos son importantes, aunque muchas sean prescindibles, porque cada una aportará una experiencia. Y al final acaba con las sensaciones más diversas: alegría por terminar y enorme tristeza porque se ha terminado. Pero la entrada en la plaza del Obradoiro, con la catedral presidiéndolo todo, es una vivencia única, sobre todo la primera vez. Emoción, alegría, llanto y risas se mezclan, y cada uno hace un balance de todo lo que ha vivido. Porque en definitiva, la respuesta a la primera pregunta es esa:
-       ¿Para qué vas a ir al camino?
-       Para VIVIR…


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